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domingo, 14 de noviembre de 2010

La recepción de Aristóteles en el mundo musulmán

¿Cómo se recibe en Occidente la filosofía griega? En numerosas ocasiones, se sostiene que la filosofía griega llega a Europa a través de los árabes, es más, numerosos manuales de historia de la filosofía insisten en esta cuestión. En este caso, se hace especial hincapié en la filosofía de Aristóteles: son muchos los que afirman que la filosofía aristotélica nos llega, fundamentalmente, a través de los árabes, de las traducciones que se hicieron primero en Siria, luego en Bagdad y que, finalmente, llegaron a España para extenderse al resto de Europa.

La importancia de conocer el origen y difusión de estas traducciones recae en la influencia que tiene su recepción, dado el papel que juegan en la constitución y desarrollo de las universidades europeas. Con ellas, se introducirán cambios en los curricula de las universidades, esto es, en la organización de los planes de estudios, que propiciarán una nueva organización de las distintas materias o áreas del conocimiento, influyendo, así, en todo el desarrollo científico posterior. Efectivamente, hablo de desarrollo científico posterior, pues las traducciones que se reciben en Europa serán condición de posibilidad de la Revolución Científica del siglo XVII, entre otras cosas. Pero esto ya lo explicaré con más detalle en otro momento.

Me centraré, en este post, en cómo tiene lugar la recepción, en el mundo árabe, de la filosofía de Aristóteles, para mostrar que la afirmación “Aristóteles llega a Europa a través de los árabes” no es cierta. Al menos, no es del todo cierta, pues, en la mayoría de los casos, las traducciones que tuvieron mayor difusión fueron aquéllas que se hicieron directamente desde el griego.

Si bien este post se remite exclusivamente a las traducciones hechas desde el árabe, en post sucesivos trataré el resto de las traducciones y cómo tiene lugar la recepción que realiza el Occidente latino de la obra aristotélica, cuya influencia se deja sentir en toda la historia de la filosofía. Abordemos, así, la cuestión que nos ocupa.


El centro filosófico, médico y teológico más importante del momento estaba situado en Siria, la Escuela de Nisibis, que fue fundada alrededor del 350. Situada en el centro del mundo de habla siria y dentro del Imperio romano, principalmente era una escuela teológica. Tal era su importancia, que llega a hablarse de ella, aunque de manera ciertamente anacrónica, como“la primera universidad del mundo”. Cuando se decreta el cierre de la Escuela de Nisibis, el obispo de esta ciudad, San Efrén de Nisibis, funda, en el 363, la Escuela de Edesa o “Escuela de los persas”. Ambas Escuelas son centros intelectuales en los que, si bien se presta especial atención a los escritos de los Padres de la Iglesia, dado su carácter eminentemente teológico, también se traducen, del griego al sirio, numerosos tratados de Aristóteles, Galeno e Hipócrates, con lo que se empieza a tener contacto con la ciencia y filosofía griegas.

Cuando, en Oriente, el islamismo reemplaza al cristianismo, en el siglo VIII, los sirios continúan su labor de difusión de la filosofía helénica. La dinastía de los califas Abbasidas o califato de Bagdad, fundada en el 750, tiene a su servicio a los sirios, que continúan enseñando y traduciendo, bien del griego al sirio, bien del griego al árabe. Entre los años que transcurren del 790 al 900, gran parte del Corpus aristotélico había sido traducido. Además, no sólo se traduce a Aristóteles, aunque su influencia sea la más fecunda, sino también a Ptolomeo, Arquímedes, Hipócrates, Euclides, Teofrasto y Alejandro de Afrodisia y la República y las Leyes de Platón.

De este movimiento de traducción, añadido al intercambio cultural y a la necesidad de entendimiento mutuo, surgió una especulación filosófico-religiosa musulmana. Tomando la especulación helénica y, en muchos casos, apartándose de la especulación teológica, los filósofos árabes iban construyendo sus doctrinas. Éstas influirían profundamente en el Occidente cristiano.

La recepción de la filosofía árabe en Europa tiene lugar gracias al contacto entre musulmanes y cristianos y a las traducciones al latín de obras escritas en árabe. Las primeras traducciones del árabe al latín tienen lugar hacia el fin del siglo XI. Se traducen textos de medicina y de filosofía natural y la mayoría de las traducciones vienen de la mano de Constantino el Africano.

Ya en España, hacia la primera mitad del siglo XII, el arzobispo de Toledo del momento, Raimundo de Sâuvetat, que ostenta el cargo entre 1126 y 1151, hace traducir obras de Aristóteles y de Alfarabí, Avicena, Algazel y Ben Gabirol (Avencebrol), también de carácter más o menos aristotélico, lo que contribuyó a la difusión del aristotelismo. El movimiento de traducción en España no sólo tiene lugar por el interés o patrocinio eclesiástico, sino también por el propio interés de los traductores, por la demanda de textos científicos por las escuelas francesas, así como por la disponibilidad de los manuscritos árabes en las ciudades recién conquistadas por los cristianos. De entre los traductores, destacan Dominicus Gundissalinus (Gundisalvi), Ibn Daud, Iohannes Hispanus y Gerardo de Cremona.

Durante este largo periodo, el grueso de la obra de Aristóteles ya había sido traducido. Nos encontramos, en este momento, al final del siglo XII. Sin embargo, por las escasas citas que se hacen de las obras, podemos inferir que no se leían de forma amplia y que su difusión no era masiva. Y es que albergaban una gran dificultad a la hora de comprenderlas, debido a cómo se realizaban las traducciones: palabra por palabra del siríaco a la lengua vulgar, el ladino, y, de ahí, al latín. Otra de las dificultades se encuentra en el hecho de que, si bien las traducciones, como las que se hicieron del griego, eran literales, en las que se hicieron desde el árabe, mediaba el siríaco, una lengua cuyas raíces son semíticas y, por ello, la traducción resultaba más difícil y su lectura más ininteligible. De ahí que las traducciones hechas desde el griego gozaran de mayor aceptación y difusión.


Fuentes:
  • Dod, Bernard G., “Aristoteles Latinus”, en The Cambridge History of Later Medieval Philosophy. From the Rediscovery of Aristotle to the Disintegration of Scholasticism 1100-1600, pp. 45-79, Norman Kretzmann, Anthony Kenny, Jan Pinborg (eds.), Cambridge Histories Online, Cambridge University Press, 2008.
  • Gilson, Étienne, La filosofía en la Edad Media. Desde los orígenes patrísticos hasta el fin del siglo XIV, Gredos, Madrid, 2007.
  • Grant, Edward, A History of Natural Philosophy. From the Ancient World to the Nineteenth Century, Cambridge University Press, Cambridge, 2007.
  • Hasse, Dag Nikolaus, “Influence of Arabic and islamic Philosophy on the Latin West”, en Stanford Encyclopedia of Philosophy.

12 comentarios:

Esponjita dijo...

Hola!
Bueno, a mi me emociona mucho que exista un blog así, je, ya no creo ser la única loca que trabaja estas cosas. (hace algunos años pasé a su versión en la Coctelera).
Sólo quisiera hacer algunas preguntas sobre dos o tres afirmaciones que aparecen acá:

1)Sobre si Aristóteles llegó exclusivamente a través de los árabes. Ciertamente existía la 'translatio vetus', que antecedió a las traducciones árabes; pero antes de la de Mörbeke los filósofos requerían tener tanto la árabe como la vetus por la deficiente calidad de la segunda. Salvo las traducciones de Boecio (que consistían en una muy pequeña parte del corpus), creo que el primer verdadero contacto de Europa con el resto del corpus fue a través de los árabes. Y especialmente con aquellos textos falsamente atribuidos (destaca el Liber de Causis) que son fundamentales para entender qué Aristóteles leyeron, p.ej. en el s. XIII.

2)Sobre esta afirmación habría que matizar:
"De este movimiento de traducción, añadido al intercambio cultural y a la necesidad de entendimiento mutuo, surgió una especulación filosófico-religiosa musulmana"
Existe una especulación filosófico-religiosa musulmana independiente (y anterior) del helenismo: los mutakálimes. Y es para enfrentarlos que inicia el proceso de encontrar concordia dentro del Corpus Aristotélico (lo cual incluye textos neoplatónicos: la Teología de Aristóteles y el Liber de Causis). Es, por ejemplo, justo de la disputa contra los mutakálimes que aparecen los temas de fe y razón, que tanto eco tendrán en la escolástica europea.

En fin. Espero no haber leído mal el post.
Saludos,
Esponja

Unknown dijo...

No me quiero ni imaginar cómo debía ser leer a Aristóteles en una traducción literal griego-siríaco-ladino-latín. Y además me hace pensar en cuántas ideas de filósofos, a lo largo de la historia, se habrán distorsionado por culpa de traducciones deficientes.

Me alegro mucho de que por fin vuelvas a publicar, y además cosas de filosofía, como debe ser :)

Pilar dijo...

¡Hola Esponjita!
Lo primero, muchas gracias por todo: comentarios como el tuyo me hacen pensar que no estoy del todo ida de la cabeza :-)... y que esto merece la pena.

Ahora, al lío.
1)En el siguiente post espero aclarar todo esto mejor.Las primeras traducciones son las del árabe, eso es cierto.Lo que también lo es es que las referencias a Aristóteles, salvo por las obras lógicas que ya tenían, son muy escasas hasta la primera década del siglo XIII.
A Toledo llegan traductores de toda Europa para traducir las obras que acaban de "heredar" de los árabes, pero las traducciones siguen siendo ciertamente incomprensibles y, por eso, su difusión es escasa.
A partir del siglo XI se empiezan a realizar traducciones directamente desde el griego. Éstas sí se citan tanto en glosas, como en quaestiones y en las prohibiciones de leer a Aristóteles. En ocasiones, como en el caso de la Metafísica, se combinan las traducciones del árabe y la del griego, pero las más citadas son éstas últimas (hasta Moerbecke, claro).
Sí que hubo una tendencia que conoció a un Aristóteles más neoplatonizado, como Tomás de Aquino, quien, en un principio, le atribuyó el Liber de Causis a Aristóteles, pero ésta no fue la única lectura que se hizo del Estagirita(no te olvides de mis queridísimos averroístas).

2) Los mutakallimun, de hecho, ven a los filósofos como inferiores a ellos. Son lo que nosotros llamaríamos "teólogos", tradicionalistas que consideran a la filosofía enemiga de la fe.
El debate fe-razón en el Islam está ligado al surgimiento de una tendencia, llamémosle "racionalista", que es la que propone, entre otros, Averroes (aunque el debate entre fe-razón también está en otros filósofos como Alkindi y Alfarabí).
Es verdad que la disputa fe-razón también se libra en el Islam, pero no del mismo modo que en Occidente.
Además, en el Occidente latino medieval de la época, no tenían ni la Destructio de Algazel ni las obras teológicas de Averroes, que son las obras árabes más significativas al respecto (desde mi punto de vista). También el punto de vista era más neoplatónico y el choque se ve más cuando entra en juego la filosofía de Aristóteles sin restos de neoplatonismo.

Espero haberte contestado. ¡Gracias de nuevo por comentar!

Pilar dijo...

Lorenzo: pues debía ser tan difícil que casi nadie lo cita hasta que no ponen las traducciones "en cristiano", así que "no te digo na y te lo digo to".

Muchas gracias por los ánimos referentes a mi vuelta. Y ya no te digo más, ¡que me voy a leer tu post de Newton ahora mismo!
;)

Quique dijo...

Bienvenida!

Sobre esta entrada concreta no tengo nada que preguntarte, digamos que... me quedo fuera de juego por ignorancia ^^.
Pero me gustaría que me explicases porque sostienes en la entrada donde te presentas, que la filosofía analítica está mal llamada así. Me imagino que es una pregunta truculenta así que ¡lo siento!

Gracias!!
Un saludo!

“Mi objetivo último es mostrar cómo éstos influirían profundamente en la filosofía (mal llamada) analítica del siglo XX”

Pilar dijo...

Quique, responderte a eso daría para un post (que tengo pensado hacer, claro).

Desde mi punto de vista, la distinción entre analíticos y continentales es absurda.

La diferencia es una cuestión de estilo: claridad,rigor expositivo y argumentativo,pertinencia. Éstas son las exigencias metodológicas de la filosofía "analítica". Y, me atrevo a decir, para toda filosofía que pretenda ser seria.

Los temas, en continentales y analíticos son los mismos, porque los problemas filosóficos son los mismos para ambas tradiciones y los analíticos también hacen historia de la filosofía (¡qué cosas!).

El método de la filosofía, durante toda su historia ha sido el del rigor, la claridad y la argumentación(hasta la dichosa posmodernidad, que puede uno decir que filosofía es lo que le salga de las narices)y, por eso, no debemos etiquetar la forma analítica de hacer filosofía ni como tradición distinta a la nuestra, ni mucho menos como ajena a nosotros (los "continentales").

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que ha escrito Pilar sobre la distinción entre analíticos y continentales. Y es que, para empezar, la distinción se hace entre dos conceptos que pertenecen a categorías lógicas distintas: "analítico" haría referencia a una metodología y "continental" a una situación geográfica. Peor todavía: muchos de los llamados "filósofos analíticos" proceden del continente europeo, así que serían a la vez analíticos y continentales.

Pienso que quizá se podría reservar la etiqueta "filosofía analítica" para describir el movimiento de la historia de la filosofía que reacciona contra ciertas maneras postmodernas de enfocar la disciplina, tratando de recuperar el rigor y la argumentación seria. La filosofía se puede escribir de muchas maneras, pero si renunciamos a la argumentación racional, como han hecho y hacen algunos, estamos eliminando la esencia misma de nuestra disciplina.

No hay analíticos y continentales, hay filosofía. Lo demás es pretender hacer pasar por filosofía lo que, en el mejor de los casos, no es más que mala literatura.

Esponjita dijo...

oh! me quiero sumar al debate.
Creo que la "división" (por lo menos 'histórica', es decir, desde los conflictos de Carnap con Heidegger) se puede entender como el modo que se reaccionó ante Hegel.
Y bueno, yo creo que los analíticos, sean angloparlantes o no, se dieron a sí mismos ese nombre. Y me da la impresión de que su movimiento empezó como una fuerte reacción a Hegel (a pesar de que existan entre los 'contemporáneos') hegelianos como McDowell. Digamos que reaccionaron contra él de una manera distinta a los "continentales" tienen una relación con Hegel (y una reacción contra él) muy diferente, pues tomaron por buena la disolución sujeto-objeto.
Ahora: ¿puede decirse que la filosofía que se hace en España y en toda hispanoamérica es "continental"? Yo iría un poco más lejos: ¿existe una 'tradición' filosófica hispanoparlante?
Escribo desde México, y por ello la distinción entre 'analíticos' y 'continentales' me parece más bien un asunto lingüístico (será porque i referente de 'analíticos' está en mi mismo contiente). Y, quizás lo peor, es que creo que la filosofía en Español (así le llamamos acá al Castellano) es más bien una cosa heterogénea que, en últimas fechas, de lo único que es capaz es de adherirse o a los 'analíticos' (y traduce del inglés) o a los 'continentales' (y traduce del francés).
En México en particular hubo una pequeña tradición que terminó joven sus días. Y es la tradición que inauguraron los que aquí llamamos "el exilio Español": José Gaos, Wenseslao Rosas, Sánchez Vázquez, Eduardo Nicol, etc. Era una tradición profundamente hegeliana: por un lado los marxistas y por otro los heideggerianos.
Habría una tercera: los tomistas (more Gilson), y me pregunto si esos rastros de escolástica son lo que hemos logrado producir en español.

En fin... ya me dirán.
Saludos

Esponjita dijo...

Hola:
Gracias por contestar. :)

Sólo dos preguntas.
Una: dice Alain de Libera que el s. XIII sí recibe la disputa teológica árabe de fe y razón, y esta especie de espíritu de concordia del corpus aristotélico. Y, bueno, ahora que estoy trabajando con Alberto Magno, me queda claro que había un fuerte intento por presentar un Aristóteles coherente (un esfuerzo a veces monumental).
Y otra: ciertamente las traducciones del griego parecen haber sido las más utilizadas. Sin embargo Avicena es omnipresente. Ahora bien, ciertamente eso no implica el conocimiento del aristóteles 'árabe' (salvo, quizás, el Liber de Causis, que no sólo Tomás toma por aristotélico, y es justo él, gracias a Moerbeke, que se percata de que eran los Elementos de Teología). Pero con el conocimiento de Averroes pasa otra cosa, justamente porque su obra viene con el comentario.
No sé qué tan generalizable sea el asunto, pero supongo que todo aquél que vio a Averroes tuvo acceso a ese Aristóteles (y Alberto Magno lo utiliza más de una vez para 'enmendar' la Vetus).

Saludos.

Pilar dijo...

Esponjita, sí es verdad que reciben la disputa teológica árabe. No niego eso. Incluso Alberto Magno cita a Averroes y distingue (como él) entre la verdad de la fe y la de la filosofía como dos vías de acceso al conocimiento.
Lo que digo es que el impacto más fuerte fue el de el agustinismo avicenizado (como bien haces referencia a la herencia aviceniana) frente a la nueva herencia pagana aristotélica. No olvides, en este sentido, que Alberto Magno es, principalmente, un aviceniano.
Por otra parte, es verdad que hubo muchas obras atribuidas falsamente a Aristóteles (Liber de Causis, De plantis, De differentia spiritus et animae, De proprietatibus...)y los comentarios de Averroes son utilizados en el siglo XIII como instrumentos para clarificar a Aristóteles y leerle sin restos de platonismo (tarea que Averroes llevó a cabo con mayor o menor fortuna).

Anónimo dijo...

Hola! (no se como llegue a este blog..) Me encanta como escribes y coincido con lo que dices. Has leido Aristoteles y el Islam de Sylvain Gouguenheim?

Homine Quaerere

Pilar dijo...

¡Hola! ¡Muchas gracias por comentar! La verdad es que no lo he leído, así que gracias por la recomendación.