Ya se disponía, en el siglo XII, de las traducciones de las obras lógicas de Aristóteles, traducidas alrededor de los años 510-522 por Boecio (*480-†524 ó 525), más concretamente del libro de las Categorías y del De Interpretatione, obras que, junto a la Isagoge (Introducción) de Porfirio, fueron conocidas como la “Logica vetus” y que eran los textos estándar para el estudio de la lógica. Esta disciplina, a su vez, en el siglo XII, despertaba gran interés, lo que contribuyó a que, a partir de 1120, se recuperara el resto de sus traducciones: los Analíticos primeros, las Refutaciones sofísticas y los Tópicos, si bien se desconoce dónde estaban y cómo fueron recuperadas.
También desde el griego, otro traductor, Jaime de Venecia († d. 1147), traduce los Analíticos segundos, la Física, el De anima, parte de la Metafísica (hasta el libro IV), los Parva naturalia (al menos cinco) y una introducción anónima a la Física, conocida como el De intelligentia. También se conserva parte de sus traducciones de las Refutaciones sofísticas, así como de comentarios en griego. Todas estas traducciones, hechas con toda probabilidad antes del año 1150, circularon ampliamente durante el siglo XIII, siendo consideradas como “las auténticas” durante los tres siglos siguientes.
A Henricus Aristippus (†1162) le debemos la traducción, desde el griego, del libro IV de los Meteoros. Esta traducción circuló, junto a la que había hecho Gerardo de Cremona desde el árabe (libros I-III), con un apéndice de Avicena, un fragmento conocido como el De mineralibus.
Otras traducciones hechas desde el griego nos llegan de la mano de traductores desconocidos. Éste es el caso de las traducciones del De generatione et corruptione, el De sensu, el De somno, la Metafísica (excepto el libro XI), los libros II y III de la Ética a Nicómaco (conocidos como la “Ethica vetus”) y traducciones alternativas a las de Boecio de los Tópicos y los Analíticos primeros.
Hacia mediados del siglo XIII, desde el griego, Roberto Grosseteste (*ca. 1175-†1253) tradujo la Ética a Nicómaco por completo, alrededor de 1246-47, y parte del De caelo. Su versión completa de la Ética gozaría de mayor popularidad que las traducciones incompletas que le precedían.
Ya en la segunda mitad del siglo XIII (entre 1260 y 1280), Guillermo de Moerbecke (*ca. 1215-†1286), del que se dice que era amigo y colaborador de Tomás de Aquino, realizó una nueva edición de las obras de Aristóteles. En este momento, el estudio de Aristóteles estaba más extendido y se demandaba su lectura. La versión de Moerbecke, llamada por los editores “Corpus recentius”, superaba con creces las traducciones de sus predecesores y pronto fue la más influyente y extendida, tanto, que llegó a convertirse en la edición estándar de las obras de filosofía natural de Aristóteles .
Con respecto a la amplísima labor de traducción, que se ha tratado muy brevemente, hay que destacar dos cuestiones. En primer lugar, la gran importancia de las traducciones que se hicieron directamente desde el griego. Aristóteles no llegó al Occidente latino exclusivamente a través de los árabes, sino que, de hecho, las traducciones más inteligibles y las que más circularon fueron las que se realizaron directamente del griego al latín, volviéndose a aquéllas hechas desde el árabe cuando no se disponía de otra traducción. Las obras traducidas desde el árabe que gozaron de amplia circulación y aceptación fueron el De caelo, Meteorologica (I—III), De animalibus y la Metafísica. Todas ellas, excepto el De animalibus, fueron reemplazadas por las traducciones de Moerbecke .
En segundo lugar, hay que destacar que la recepción de Aristóteles aconteció de modo lento y que su importancia apenas se deja sentir hasta la mitad del siglo XIII. La evidencia de cómo tiene lugar dicha recepción la tenemos en los manuscritos traducidos, en las glosas existentes en los manuscritos (que muestran que éstos se leyeron), en las prohibiciones posteriores de leer la obra aristotélica, teniendo lugar la primera de ellas en 1210, en los comentarios y quaestiones a la obra de Aristóteles y en las citas que hacen autores medievales. Estas evidencias muestran que, si bien la “Logica vetus” y las Refutaciones sofísticas sí se citan abundantemente, no ocurre lo mismo con el resto de las traducciones. Al menos, no hasta la primera década del siglo XIII.
Fuentes:
- Dod, Bernard G., “Aristoteles Latinus”, en The Cambridge History of Later Medieval Philosophy. From the Rediscovery of Aristotle to the Disintegration of Scholasticism 1100-1600, pp. 45-79, Norman Kretzmann, Anthony Kenny, Jan Pinborg (eds.), Cambridge Histories Online, Cambridge University Press, 2008.
- Gilson, Étienne, La filosofía en la Edad Media. Desde los orígenes patrísticos hasta el fin del siglo XIV, Gredos, Madrid, 2007.
- Grant, Edward, A History of Natural Philosophy. From the Ancient World to the Nineteenth Century, Cambridge University Press, Cambridge, 2007.
- Grant, Edward, The Foundations of Modern Science in the Middle Ages. Their relligious, institutional and intelectual contexts, Cambridge University Press, NY, 1996.
- Marenbon, John, “Bonaventure, the German Dominicans and the new translations”, en Routledge History of Philosophy, pp. 225-240, vol. III, Medieval Philosophy, Marenbon, J. (ed.), NY, 2004.
4 comentarios:
Hola, de nuevo un placer leer estos temas que me soy tan queridísimos.
Tengo una duda: la afirmación de que las ediciones árabes se leían únicamente si se carecía de la versión griega, ¿implica que la versión árabe de estas obras no era consultada en absoluto cuando ya se poseía el griego? (eso da a entender el texto, creo, aunque no lo haga explícito).
Eso parece falso en el caso del comentario que hace Alberto Magno sobre el De Anima. Cuando la traducción de Jacobo (o Jaime) de Venecia le parecía de desconfianza, acudía inmediatamente a la 'árabe' (que poseía en latín, evidentemente). A lo que me refiero es que son traducciones que no son simplemente desestimadas, sino que se utilizan constantemente en el trabajo exegético de la obra del Estagirita. Las razones para elegir una u otra, por lo menos en el caso de Alberto, radican en la interpretación, no en la lengua a partir de la cuál fueron vertidas.
Ahora, bien, a partir de la traducción de Moerbeke, toda otra traducción perdió relevancia. Pero como bien señalas, Moerbeke inicia el proceso de traducción más de 50 años después de la Introducción del NUEVO Aristóteles al occidente latino. Y tú misma lo marcas: la primer condena es tan temprana como 1210: nadie iba a condenar una obra que carecía de difusión. Ahora bien, no se está condenando la lógica vetus, sino la nueva obra de Aristóteles: la que llega junto con las obras de Avicena y Averroes.
Por eso, creo que es importante señalar que no es que el error consista en que se crea que Aristóteles fuera un desconocido en el Occidente Latino. El error, en todo caso, sería suponer que el NUEVO Aristóteles llegó exclusivamente mediante los árabes. Por ello las menciones a la lógica vetus me parecen dar mal apoyo a la tesis.
Además ¿qué estamos entendiendo por "Aristóteles"? Aristóteles llegó todo menos 'purificado'. Para empezar, dentro del corpus se integraron el "Liber de Causis" y la "Teología", y hasta Moerbeke se dieron cuenta de que el primero era más bien de Proclo. En ese sentido ¿a qué nos referimos exactamente al decir 'la introducción de Aristóteles'? ¿a las obras que ahora forman parte de la edición de Ross o a una idea de Corpus que involucra todo lo que le era atribuido?
De ese modo, creo, si se va a hablar de introducción de Aristóteles al occidente latino ¿tiene caso alargar el periodo hasta 1260? ¿no, acaso, ya había sido bien introducido antes? ¿no es la obra de Moerbeke producto de una introducción anterior?
en fin. Sólo algunos comentarios.
Muchos saludos desde México.
¡Buenas! He llegado a tu blog desde tu antiguo blog en la coctelera, buscando información sobre la paradoja del mentiroso. Simplemente te escribo para darte la enhorabuena, pero sobre todo las gracias, por el nivel, y la claridad, de tus posts. Te he enlazado en el blogroll de mi blog para no perder el tuyo de vista.
Un saludo,
Manme.
Esponjita: Estoy de acuerdo contigo en todo. Quizá lo haya expresado de un modo categórico y no se me ha entendido bien. Alberto Magno y Tomás de Aquino leen mayoritariamente las traducciones árabes. Pero también hay traducciones del griego que se realizan a la vez y se prefiere siempre la más inteligible.
Discúlpame por contestar tan tarde. Han sido unos meses de mala salud, pero ya estoy recuperada ;)
Una vez más, gracias por comentar.
Umanoidemanme: Muchísimas gracias. Te enlazo yo también y estamos en contacto. Perdona por contestar tan tarde :(
Publicar un comentario